Filosofía para tiempos heroicos. Día 5
“La libertad consiste en poder elegir”. JEAN PAUL SARTRE
“Hay personas para las que todo es un milagro y personas para las que nada es un milagro”. ALBERT EINSTEIN
Hola de nuevo. Todos los expertos afirman que después de estas dos primeras semanas de reclusión empieza lo verdaderamente difícil, pues nos quedan por delante otras dos y no sabemos con certeza hasta cuando estaremos confinados. Para llevar lo que nos falta por buen camino, tenemos que echar mano de la confianza. Ya que ahora nuestro cerebro reptiliano, el más primitivo que tenemos, va a intentar tomar el mando y nos va a generar muchas situaciones de desconfianza, egoísmo y malos rollos.
Elegir la confianza implica una elección doble. Confiar entraña una unión indisoluble entre los demás y nosotros mismos. En efecto, desde muy pequeños aprendemos a confiar en lo familiar, en lo cercano, en lo conocido. La confianza es lo opuesto al recelo. Son estados excluyentes. Por ejemplo, no podemos confiar en alguien y juzgarlo al mismo tiempo. O confiamos o desconfiamos, pero no hay un término medio. Ponernos a confiar supone, por lo general, abandonarse (aceptar) a los demás y a nosotros. El cerebro mamífero se impone al reptiliano mediante la socialización, sobre todo en los momentos difíciles. Sin ellas, sin la confianza y la empatía, nuestra especie habría desaparecido hace ya mucho tiempo.
Generar confianza incluye abrirnos y desnudarnos, algo que nos da mucho miedo a muchos de nosotros. Cada vez es más grande la cantidad de gente que rehuye la confianza. En este sentido, esta pandemia por el coronavirus sumada a la crisis económica mundial en la que nos ha sumergido, no están siendo de gran ayuda. Nos guste o no, estamos en un mundo que fomenta la desconfianza, la paranoia, la sospecha, y la competitividad más despiadada. Ejemplos de esto los estamos viendo estos días a la hora de afrontar la crisis sanitaria, con algunas autonomías tratando de ir a la suya en lugar de a la de toda la nación, por no mencionar la poca solidaridad con España e Italia de algunos países europeos como Alemania, Austria, Holanda…
Entre otros muchos beneficios, la confianza genera intimidad y alegría. A todos nos gusta que confíen en nosotros. Y a los demás, también les gusta enormemente que confiemos en ellos. De modo que si confiamos no tenemos que pensar mucho, y este hecho nos evitará miles de quebraderos de cabeza, permitiéndonos ganar mucho tiempo. Cuando elegimos la confianza, el mundo se convierte en un lugar seguro, estemos donde estemos y sea cual sea la situación que estemos atravesando. Al elegirla hacemos fiable y agradable nuestro entorno. Un buen ejemplo de lo que digo son esos aplausos diarios dedicados a las personas en las que confiamos: aquellas que nos cuidan desde los hospitales y todas las que nos ayudan en estos días de miedo y dolor.
Los seres humanos estamos continuamente haciendo elecciones, pero nuestra capacidad para saber si acertamos o nos equivocamos es muy pequeña. De tal modo, que no nos podemos librar de elegir sin correr riesgos y sin poder zafarnos de la incertidumbre. Correr riesgos es el peaje que tenemos que pagar para adquirir y construir la confianza, ya que la vida siempre nos comportará riesgos y amenazas.
Sin embargo, existe una forma de elegir sorprendente y novedosa, con una lógica paradójica que va más allá del existencialismo y que bebe de las fuentes de la filosofía constructivista. Se trata de elegir un día una cosa y al día siguiente justo lo contrario. Esta idea no es mía. Séneca cuenta sobre Epicuro, otro de los más grandes filósofos que ha dado la humanidad, que éste se prescribía de vez en cuando vivir como un pobre durante unos días para después vivir otros tantos como un rico. Era su forma de experimentar su existencia y conocerse de un manera amplia y global. Era su manera de ser más consciente y de elegir quién quería ser. La idea que subyace en esta propuesta consiste en ir más allá de la lógica manida de causa y efecto.
Debe quedar claro que el hecho de elegir la confianza no es un acto de voluntad, sino una elección deliberada. Todos construimos nuestra realidad cada día y nuestra forma de construirla es “actuando como sí” el mundo se adecuase a como cada uno lo percibimos”. Paul Watzlawick, uno de los más grandes psicoterapeutas y pensadores del siglo XX, decía al respecto: “actuamos y reaccionamos no directamente sobre la realidad, sino sobre la representación del modelo de la realidad que nos hemos construido”.
EJERCICIOS PARADÓJICOS PARA PODER PRACTICAR LA CONFIANZA:
- Confiar los días pares en los demás y en nosotros mismos. Puesto que es imposible controlar las acciones y pensamientos de los demás, practicar la confianza hará que tengamos un control basado en el presente, es decir en el “aquí y el ahora” muy alejado de las preocupaciones obsesivas y de los miedos patológicos. Algo que nos puede ser de gran ayuda para lograrlo consiste en “actuar como si” fuésemos personas que confían. Claudio Naranjo, uno de mis mejores maestros, me decía: “que para crear aquello que no existe dentro de nosotros, primero habíamos de actuar como si ya existiese”.
- Desconfiar en los días impares de todo y de todos, incluso de nosotros mismos. Esta práctica suele producir un cortocircuito en nuestra mente, provocando la paradoja de aceptarnos. Y al mismo tiempo, es una gran ayuda, pues nos aporta una panorámica completa acerca de cómo nos complicamos y amargamos la vida nosotros mismos practicando la desconfianza. Comprobaréis que nuestro yo auténtico aparece rápidamente cada vez que queremos ser desconfiados. ¿Sabéis por qué? Porque la naturaleza del ser humano es altruista, empática, solidaria y entregada.
Por todo lo dicho con anterioridad, estos días podemos actuar como si estuviéramos encerrados o como si estuviéramos libres, como si estuviéramos sanos o como si estuviéramos enfermos. Como si confiáramos o como si fuésemos desconfiados. Colocarnos en esta posición de totalidad (confiando y desconfiando) nos proporciona una experiencia desde el “aquí y el ahora”, que nuestro ego y nuestra subjetividad siempre están tratando de ocultarnos.
Por favor, compartid este escrito con la mayor cantidad de personas posible. ¡Seguimos!
MIGUEL HERRADOR
COACH Y MÁSTER EN TERAPIA BREVE
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