El ataque de pánico es una crisis de angustia intensa, brutal, en la cual la intensidad máxima se alcanza rápidamente. Un ataque de pánico conlleva muchos síntomas físicos: palpitaciones y taquicardia, sensación de opresión y de ahogo, escalofríos y sofocos, mareos, vértigos, sensación de inestabilidad, hormigueos en las extremidades y la nuca, etc.
A veces se acompaña con la sensación de despersonalización o de estar fuera dela realidad: la persona tiene la impresión de que lo que está sucediendo es irreal, como si hubiese salido de su cuerpo y se viera a sí mismo y al mundo material desde otra perspectiva.
En la actualidad, el síndrome de los ataques de pánico es probablemente la patologia emocional más extendida en el mundo. Si no se resuelve de manera eficaz puede ser muy invalidante para las personas que lo sufren.