Filosofía para tiempos heroicos. Día 1
FILOSOFÍA PARA DÍAS HEROICOS. Día 1
“Comportarse bien y mantenerse alegres”. BARUK SPINOZA
Hoy empezamos desde El Centro de Terapia Breve Sentirse Bien de Barcelona a compartir nuestra dilatada experiencia en el tratamiento de los trastornos de la ansiedad, incluidos la Claustrofobia, el TOC, el Estrés postraumático y la Hipocondría. Dada esta emergencia nacional y mundial creemos que no nos podemos quedar de brazos cruzados. Y queremos contribuir escribiendo todos los días sobre cómo podemos afrontar este encierro tan angustioso. Os iremos dando consejos y os propondremos trabajos específicos tanto filosóficos como psicológicos, para poder vencer la ansiedad, el pánico y la incertidumbre.
Para ello es prioritario que nos organicemos bien el día a día. Esto es lo más importante en los periodos de confinamiento y reclusión forzosos. En este sentido, disponemos de numerosos ejemplos de personas que han estado en la cárcel, de quienes han vivido una enfermedad grave (o nacido con ella) que les ha obligado a guardar cama obligatoriamente, de los supervivientes de los campos de exterminio nazis, de quienes han tenido que vivir escondidos por ser perseguidos, de quienes han estado atrapados como los mineros chilenos, o de los argentinos que tuvieron que sobrevivir a la tragedia del avión estrellado en los Andes.
Lo primero para llevar bien este confinamiento forzoso es pensar a corto plazo. Quiero decir que vayamos afrontando esta situación día tras día. Es un error muy común pensar en las tres o cuatro semanas, si no más, que nos han impuesto de cuarentena de manera global, pues son demasiado tiempo. De esta forma es más fácil concentrarnos en las metas que nos hayamos fijado y alcanzarlas. Así, la percepción del tiempo siempre será más liviana. Se trata del viejo principio de “divide y vencerás”.
Lo segundo es buscarnos actividades que podamos realizar. Alternar entre agradable y desagradable es de gran ayuda. No todas tienen que ser placenteras. Se trata de ocuparnos para poder tolerar de manera óptima las preocupaciones. Hay gente que se está proponiendo retos de pintura, de deporte, de baile, de cocina, etc. No estamos de vacaciones, estamos atrapados en una situación de una gran complejidad y gravedad.
Lo tercero es ponernos en “modo” de ayuda a los demás. Se trata de pensar en ser solidarios y empáticos. Es ésta una formidable manera de sentirnos implicados con la existencia sin caer en el desánimo. La solidaridad y la benevolencia son la fuerza que mantiene en pie a todos los profesionales de la salud que están en primera línea de combate contra el coronavirus. Sería muy bueno para ellos seguir dándoles ánimos, del mismo modo que dárnoslos a nosotros mismos a medida que vayan pasando los días. Son muy emotivas y esperanzadoras las imágenes que nos llegan desde Italia con muchas personas cooperando desde los balcones para ayudarse e ilusionarse mutuamente en estos días de zozobra.
Lo cuarto es leer libros que nos fortalezcan la mente y el alma. Hay libros y autores increíblemente buenos. Uno de esos autores es el austríaco Viktor Frankl, que fue uno de los mejores psicoterapeutas del siglo XX. Por ser judío estuvo internado en los campos de exterminio nazis y sobrevivió a los mismos perdiendo a su mujer y a toda su familia exceptuando a su hermana. Cuenta toda esa experiencia en un libro sin parangón titulado “El hombre en busca de sentido”. Se trata de una obra para leerla cuando no podemos cambiar la situación en la que estamos inmersos y entonces se impone que cambiemos nosotros. Es un libro de un calado humano excepcional y no es nada desagradable, más bien al contario: nos hace mejores personas y más fuertes ante todo tipo de adversidades.
Lo quinto es practicar la “meditación de todos los males”. La aprendí de Séneca, que es mi filósofo favorito. Él, junto con Marco Aurelio y Epicteto, fue el mayor exponente del estoicismo, una de las escuelas pragmáticas de la filosofía clásica griega. Lo bueno de los estoicos es que crearon un ejercicio que hoy se enseña en todas las universidades del mundo y que se llama “la meditación de todos los males”. Es una herramienta maravillosa y tremendamente eficaz para afrontar cualquier adversidad que nos traiga la vida por difícil y dura que sea. Pensemos que Séneca estuvo condenado a muerte en tres ocasiones. De la última no se libró, pero sí de las dos anteriores. Él relata en sus obras que escribir sobre lo peor que le podía llegar a ocurrir, le ayudó a sobrellevar mucho mejor las torturas, el encarcelamiento y el temor a la muerte. Incluso la aplicaba cuando tenía severos ataques de asma. Sobre esta técnica hablaré más veces en días sucesivos.
Lo sexto guarda más relación con quien tenga que pasar solo o sola esta cuarentena. Le sería de gran utilidad apuntarse o incluirse en grupos de whatsapp. Sentir nuestra pertenencia puede darnos una fortaleza inusitada para resistir en estos tiempos funestos. Escribir y contestar los mensajes es participar de lo colectivo y hace que nos sintamos vivos. Cuando nos relacionamos estamos desarrollando nuestra humanidad y hará que no nos desanimemos con facilidad.
Lo séptimo consiste en llevar un diario donde podamos ir consignando nuestras impresiones diarias, así como nuestros estados de ánimo durante esta cuarentena. Canalizar emocionalmente este encierro es de vital importancia para afrontarlo con garantías de éxito. La escritura es posiblemente una de las mayores tecnologías que ha inventado el ser humano. Y tiene la ventaja de ayudarnos a tomar conciencia y a transformar nuestros estados de ánimo, por muy difíciles que sean.
Lo octavo es dejar de estar demasiado pendientes de las noticias. Si no tenemos cuidado con ello acabaremos presa del pánico y de sintomatologías creadas por nuestra propia mente; es decir, nos convertiremos en hipocondríacos con toda seguridad.
Estad atentos pues seguiremos dándoos pautas, relatando la vida de grandes personajes de la historia que supieron enfrentarse a la adversidad y recomendándoos buenas lecturas. Juntos superaremos la cuarentena y venceremos al coronavirus. ¡Un gran abrazo lleno de esperanza!
Miguel Herrador
Coach y Máster en Terapia Breve.
Filosofía para tiempos heroicos. Día 2
“La vida no tiene solución porque quizá no es un problema. El reto es confiar en la vida”. ALEXANDRE JOLLIEN
En estos días aciagos tenemos que estar confinados con otras personas y también con nosotros mismos. No nos queda otra elección.
Siguiendo en la línea de presentaros a personas extraordinarias hoy quiero hablaros de Alexandre Jollien. Su experiencia y sus avatares vitales nos van a ser muy útiles. Él es posiblemente el filósofo actual que más me toca el corazón y estimula mi mente. Yo lo llamo “mi Séneca moderno” porque su filosofía es, sobre todo, pragmática y busca enseñar a vivir, aunque la vida se empeñe en ponérnoslo muy difícil. Su filosofía está centrada en aprender y progresar sin rendirnos, en no rechazar la realidad por dura que ésta pueda llegar a ser. Su propuesta es la de abandonarnos a la vida por incierta que ésta sea.
Alexandre Jollien se parece a los budas orientales y su biografía es tan impactante como su sonrisa. Él mismo dice que “la suprema inteligencia es la bondad”. Y se me antoja definirlo, sin temor a equivocarme, como a un hombre bueno…
Vino al mundo con parálisis cerebral por causa de estrangulamiento con el cordón umbilical durante el parto. Esto le provocó una discapacidad permanente que le impide andar y manejarse con normalidad, por lo que tiene que ir muchas veces en silla de ruedas y ser ayudado permanentemente. Para que os hagáis una idea, le es imposible escribir a mano, y con el ordenador le cuesta una barbaridad. Pero, sin embargo, cuenta que extrae de sus debilidades crónicas sus fortalezas diarias. Desde los 3 años estuvo 17 años más internado en una institución para discapacitados, donde lo estimularon para que pudiera tener un pequeño control de su propio cuerpo y no quedara postrado para el resto de su existencia. Ahora, a sus 45 años tiene 3 hijos y está casado. Sale en la televisión francesa y escribe unos libros tan excelentes como buenos. De todos ellos el que más me gusta, sin lugar a dudas, se titula “Pequeño tratado del abandono” y es una verdadera maravilla, además de una joya de incalculable valor. Para él, el abandono no tiene nada que ver con la resignación. Más bien y por el contrario, incide en lo que aconsejaba Sócrates: “Antes que intentar vivir mejor, intenta mejorar”.
Alexandre Jollien lleva toda su vida RECLUIDO en un cuerpo mermado que no puede funcionar con normalidad. Por todo ello es un gran ejemplo a seguir ahora que a nosotros nos está pasando algo parecido: el coronavirus nos tiene confinados y limitados. Cuenta en sus escritos que cada día para él supone un gran esfuerzo y que muchas veces no le apetece levantarse. Con él no hay trampas ni puede haberlas. Es alguien auténtico. No deja de ser paradójico cómo las personas con severas discapacidades pueden ser mucho más auténticas que los que no las tenemos.
Estos días de reclusión estamos aburridos o muy aburridos. Y nos toca convivir con nosotros mismos, nos guste o no. En el libro que os he recomendado escribe que en un retiro espiritual estaba tremendamente aburrido y se saltó sus ejercicios de meditación. Y que frente al miedo a ser abroncado, el director del monasterio donde llevaba a cabo el retiro le dijo lo siguiente: “Alexandre, puedes hacer todo lo que quieras, pero no puedes hacer que yo no te quiera”. Dice al respecto que esas palabras le supusieron una especie de iluminación interior y que nunca había podido sentir, hasta ese momento, un amor tan total e incondicional. En este sentido, el amor incondicional que sentimos por nuestros hijos sería lo más parecido. Y sigue contando que un día aprendió a volcar ese amor sobre su propia vida y su maltrecho y discapacitado cuerpo. Y que antes se comparaba continuamente con los hombres que tenían cuerpos atléticos o mejores que el suyo, llegándolo a pasar bastante mal cada vez que lo hacía.
Jollien cuenta que siempre va a ser un inválido pero que eso no le invalida. Y sigue diciendo que amarnos consiste en el compromiso de mejorar siempre. Ese es el camino: amarnos de tal modo que nos liberemos de todo lo que nos impide ser libres y alegres. Para él, el amor es la tolerancia total con todo lo que existe aquí y ahora.
SU PROPUESTA ES TRATARNOS A NOSOTROS COMO SI FUERAMOS NUESTROS PROPIOS HIJOS. De tal manera que estos días de encierro no tenemos excusa para tratar a los demás como si fueran nuestros hijos y a nosotros también. Estos días, donde todo lo que es superfluo salta a la vista, tener un cuerpo esculpido en el gimnasio no nos va a servir de mucho para que nos quieran o querernos más.
¿No os parece que el aburrimiento es el camino más corto para estar con los demás y con nosotros? Si la alegría es la adhesión total a la existencia, el aburrimiento es un camino extraordinariamente rápido para alcanzarla.
Reenviadlo por favor. Seguiremos.
MIGUEL HERRADOR
COACH Y MÁSTER EN TERAPIA BREVE