
Claves para un buen liderazgo
Francesc Calahorro, máster en Problem Solving y Coaching Estratégico, desarrolla claves para un buen liderazgo, según el tipo de personas que tienes en tu equipo.
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Coaching de equipos: ¿Qué tipo de personas tengo en mi equipo?
“Levantamos primero la polvareda y luego nos quejamos de no poder ver.”
Berkeley
En las artes marciales se utiliza la fuerza del adversario para llevarlo a su propia derrota. De la misma manera, cuando hayamos identificado el tipo de resistencia en nuestro equipo, no lucharemos contra ella, sino que la utilizaremos para producir cambios, enfocados al objetivo. De igual modo que identificamos las resistencias, es de vital importancia en los equipos identificarlas motivaciones. De manera que tendremos que tener en cuenta unos factores más: la técnica o el conocimiento sobre la labor a desempeñar y el problema a resolver o el objetivo a alcanzar.
Clasificación sobre los equipos para un buen liderazgo
En coaching estratégico la motivación del equipo tiene que ser vista igual que sus resistencias individualmente, con lo que nos encontraremos cuatro categorías en las que se pueden dividir:
- TÉCNICA Y MOTIVACIÓN: Personas con conocimientos y actitudes técnicas además de motivadas para conseguir los objetivos planteados al equipo y con conocimientos para la resolución de cualquier dificultad.
- TÉCNICA SIN MOTIVACIÓN: Al igual que en el precepto anterior, son personas con los conocimientos técnicos para afrontar cualquier situación o conocimientos para realizar cualquier objetivo, pero carecen completamente de motivación para ello o para ponerse en marcha. Un buen ejemplo de ello es el síndrome del quemado o burnout.
- SIN TÉCNICA, PERO MOTIVADO: Suelen suplir se falta de conocimiento con una gran actitud y motivación. Están siempre dispuestos a todo y son grandes colaboradores. Suelen ser personas muy bien valoradas y apetecibles para selecciones de RRHH donde hoy en día, la falta de experiencia en determinados campos se valora un 20%, y un 80% la actitud. Nadie se iría a la Luna acompañado de un pesimista.
- SIN TECNICA, SIN MOTIVACION: Si además de no tener conocimientos suficientes para llevar a cabo una labor o un objetivo, además no siente ninguna motivación para ello, podéis imaginar que nadie desearía ir a la Luna con esta persona y ni tan siquiera querría ir a la esquina de abajo. Por suerte en los equipos suele haber pocas de personas de este tipo, pero desgraciadamente las hay impuestas o por méritos propios.
Liderar según rango para que el equipo funcione
No es necesario que en un equipo todos sean de la categoría 1; pero lo que si hay que saber es liderar con cada uno de ellos según su rango para que el equipo funcione y obtenga resultados. Un buen líder sabe manejar las resistencias y la motivación que pueda encontrar en cada uno de los miembros de su equipo. Y las debe saber manejar tanto individual como grupalmente.
Por hacer un símil con el futbol: para que un equipo funcione no necesito a 11 Messi; necesito un Pique todo corazón y fuerza, pero poco técnico; a un Iniesta o un Busquets, todo técnica, pero con poca motivación personal, aunque si de grupo y pertenencia; y quizás también en ese equipo necesito tener uno del tipo 4, si algo sale mal tendré a alguien para echarle la culpa.
Francesc Calahorro, coach y terapeuta.
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Empatía y motivación
Francesc Calahorro, especialista en problemas relacionales y en coaching estratégico, nos habla sobre la empatía como base de la motivación.
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El amor y el aprecio como base de la motivación
Muchos son los artículos, blogs e incluso libros que podemos encontrar y leer sobre la motivación, hay tantas recetas sobre la motivación como características de ella, y es que cada persona es un mundo, así pues, lo que sirve para una persona no es válido para otra, cada uno tiene sus “motiv-os” para la “acción”.
Creo que la motivación, la productividad, la predisposición, la proactividad proviene de un estado emocional, ese estado emocional es generado en cada uno de nosotros por el aprecio.
¿Te sientes apreciado por las personas con quien trabajas o convives? Si es así, entonces probablemente te gustara ir a trabajar cada día, y estarás implicado en él y con tus compañeros. Sin embargo, si no te sientes apreciado, en ese caso puede que tu trabajo sea solamente una forma de lograr que siempre haya comida en la mesa.
Todos nosotros esperamos que nos paguen por el trabajo que hacemos. Todos queremos ganar más, el empleado, el jefe, el directivo, el CEO y como no el empresario. Pero el principal motivo de satisfacción laboral no es la remuneración, sino el hecho que la persona se sienta (o no) apreciada y valorada por el trabajo que hace.
De acuerdo con investigaciones realizadas por el Departamento de Trabajo, el 64% de los empleados que renuncia a su empleo lo hace porque no se siente apreciado. Esto se aplica a empleados de cualquier jerarquía, desde los directivos hasta la persona de la limpieza. El ser humano necesita ser apreciado, y cuando esa necesidad se encuentra insatisfecha, disminuye la satisfacción tanto laboral como personal.
Cuando los integrantes de un grupo se dan muestras generosas de aprecio, el conjunto se fortalece y crecen sustancialmente las posibilidades de formar un equipo ganador. El aprecio tiene la virtud de sacar a relucir las mejores cualidades de una persona. Motiva a todos a hacer más, a esforzarse más, a contribuir más, a sentirse capaces de más y más satisfechos con la función que desempeñan. Si todos los componentes de un grupo se estiman entre sí, se respetan, la productividad y el optimismo se multiplican.
Por lo tanto, te conviene preocuparte de expresar agradecimiento y aprecio a las personas con las que trabajas. Te sentirás más feliz, pues son manifestaciones de amor; y de un modo u otro el amor siempre tiende a ser correspondido. También serán más felices los destinatarios de esas muestras de aprecio, pues sentirán que la vida les sonríe. Además, cuando todos se valoran unos a otros, el ambiente se torna más positivo y agradable, todos trabajan mejor y se hacen mayores progresos.
Pensar bien unos de otros es positivo, es un buen punto de partida; pero si no expresamos esos pensamientos, sino nos molestamos en verbalizarlos, a los demás no les sirven de nada. No podemos esperar que nuestros compañeros de trabajo nos lean los pensamientos. Es preciso traducirlos en palabras y actos.
Pero cuidado, la realidad es que lo que hace que una persona se sienta apreciada no hace que la otra lo sienta, incluso en las empresas donde se considera importante el reconocimiento, los esfuerzos por expresar aprecio suelen ser ineficaces. El aprecio tiene su propio lenguaje, junto con una fundamental comunicación eficaz.
Cada uno de nosotros quiere saber que lo que hace tiene importancia, pero con dar o recibir solo un “gracias”, no funciona, el lenguaje de la motivación va más allá.
Francesc Calahorro, coach y terapeuta.
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