
Cuando te sientes culpable
La culpa nos puede atormentar, o ser reparadora
En primer lugar, deberíamos distinguir la culpa como sentimiento y la culpa como atribución de una responsabilidad de una actuación incorrecta.
La culpa como sentimiento, suele ser una fuente de sufrimiento y es por eso que normalmente intentamos no sentirla. Me gustaría aclarar que la culpa tiene muy mala prensa, pero a veces es necesaria para darnos cuenta….
Cuando uno siente culpa, es porque escucha una voz interior que le acusa de algo que hizo, pensó o sintió. Y es así porque todos tenemos unas creencias, unas normas, que nos rigen sin que nos demos cuenta de ello. Ellas, nos hacen sentir culpable ante algunas situaciones de la vida…
Debería haber ayudado más a mis padres, me gustan dos chicos a la vez, tendría que jugar más con mi hijo…Siempre que transgredimos una creencia o una norma implícita, nos sentimos mal. Nos inunda la culpa.
La clave está en CÓMO LA CULPA me habla, y qué hacemos con lo que nos dice:
Si la culpa me pone en antecedentes de un error que cometí y me ayuda a reparar este error, la culpa será positiva, no me torturará, me hará sentir RESPONSABLE y desde la responsabilidad, podré reparar el error, el daño o la transgresión. Por desgracia, lo que pasa frecuentemente, es lo contrario, la culpa se convierte en un inquisidor interior que nos tortura constantemente, que ni resuelve, ni mejora la situación, y se nos juega la autoestima.
Por ejemplo: Puede ocurrir que una mamá o un papá tenga que ir a trabajar, dejando a su hijo enfermo, con fiebre en casa a cargo de los abuelos, de un canguro, … Y estando en el trabajo esté pensando continuamente en que tal vez, debería haber puesto una excusa y no ir a trabajar, que no sabe si estará suficiente bien atendido, se acordarán de darle la medicina, etc.
Este tipo de culpa es muy negativa, no nos ayuda en nada, no resuelve la situación, no mejora la condición de su hijo, no mejora tu condición y no te permite concentrarte en el trabajo.
Este diálogo está totalmente relacionado con unas creencias, unas normas no escritas en ninguna parte, hay que aprender a reestructurar estas creencias esas normas implícitas que existen en nuestro interior.
Salir de este dialogo tóxico y negativo de la culpa, depende solo de nosotros:
Si escuchamos el mensaje de la culpa y lo convertimos en un mensaje de responsabilidad y reparación, se puede reestructurar: Has venido a trabajar, porque hoy no podías pedir fiesta, has dejado a tu hijo en buenas manos, estará bien atendido; a media mañana llamaras para saber cómo se encuentra el niño, pedirás que si empeora te avisen… Cuando sea la hora de la medicación, llamarás para recordarlo y al salir del trabajo no te entretengas e iras directa/o a casa, para relevar a tu madre o a la canguro y encargarte tú misma/o del niño. Es lo mejor que puedes hacer ya que tenías que venir a trabajar.
Este nuevo enfoque, me ayuda a pasar de la culpa que tortura a la culpa que repara.
La culpa se puede volver un sentimiento crónico, ya sea porque no podemos reparar porque la persona que nos hace sentir culpables ha fallecido o por haber perjudicado a alguien de una manera irreparable.
Hasta que no se escuche el mensaje de la culpa, no se reestructure, no podremos salir de ella. En el momento que trabajemos este sentimiento, elaborando un aprendizaje y un desarrollo interior, la culpa se desvanecerá dejando paso a una paz interior.
Trabajamos la culpa con diferentes tareas:
- Escribiremos cada día cual es el mensaje que nos envía la culpa, de dónde viene, qué esconde detrás.
- Identificaremos las áreas de nuestra vida donde nos afecta, qué es lo que nos dice ese inquisidor interior. Cuando tengamos claro el mensaje de la culpa, buscaremos cuales son las creencias que lo alimentan.
- El tercer paso será reestructurar para conseguir conocer nuestra responsabilidad. Una vez que la conozcamos podremos reparar y conseguir esa calma tan deseada.

Habilidades para una comunicación efectiva.
Comunicación vacía no es un oxímoron
Como dice el axioma de P. Watzlawick es imposible no comunicar, sea de forma verbal o no verbal, todo comportamiento es una forma de comunicación.
Nos encontramos que tanto en el ámbito personal como en las organizaciones hablamos de comunicación eficaz como la clave para establecer efectivas y buenas relaciones interpersonales.
Pero, ¿qué ocurre cuando la comunicación explícita no es efectiva y además es disfuncional? En terapia breve estratégica (MRI Palo Alto) hablamos de una prescripción paradójica: La conjura del silencio.
¿Qué es la conjura del silencio en terapia breve?
La conjura del silencio en terapia breve refiere a no hablar del problema en concreto y de esta forma cortar el círculo vicioso que produce el hablar una y otra vez.
Para especificar más, la conjura del silencio de terapia breve no se refiere a evitar el conflicto, ni por supuesto negarlo y sí a darle espacios delimitados estratégicamente con una comunicación eficaz para gestionarlo.
Con las emociones de rabia y miedo, cuando hablamos constantemente de lo que nos ha herido o tememos, lo que hacemos es expandirlo, ampliamos esa emoción a todas las parcelas de nuestra vida y limitamos otras más saludables y gratificantes.
Habilidades de comunicación: Escucha y autoexpresión
Como sabemos la comunicación es condición sine qua non de la existencia humana y la comunicación efectiva se puede aprender y desarrollar con ciertas habilidades. El psicólogo David Burns en su libro “Sentirse bien en pareja” establece habilidades de escucha y expresión en Los 5 secretos de la comunicación eficaz que considero son aplicables a cualquier ámbito.
Habilidades de escucha.
Una habilidad de escucha pasa por la técnica del desarme. Es un buen recurso de escucha donde la técnica es reconocer la parte de verdad que hay en una crítica, cuando estamos enfadados todo lo que nos dice nuestro interlocutor lo consideramos negativo, falso o injusto. Es una forma de neutralizar al oponente, “desde tu punto de vista tienes razón”.
También pasa por la empatía. Preguntar, escuchar y comprender a la otra persona sin juzgar, tener empatía de pensamientos y de sentimientos.
“Pensamos con palabras y sentimos con palabras”. José Antonio Marina
Habilidades de auto-expresión.
Es importante, además, desarrollar las habilidades de auto-expresión. Una forma es identificar la emoción y expresar los sentimientos y afirmaciones desde el yo, “siento que…” “me siento…” y no desde el tú, evitando el culpabilizar.
Otra sería las caricias: Encuentra algo que te guste, algo genuinamente positivo para decirle a la otra persona.
La actitud de respeto y de trato de igualdad te hará muy buen comunicador.
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Estar aquí y ahora con la meditación de todos los males
En este post te proponemos un ejercicio para estar presentes en el aquí y ahora: La meditación de todos los males.
Escrito por Miguel Herrador, terapeuta especializado en ansiedad.
“Espérate lo inesperado”. HERÁCLITO
Claves para estar presentes: ¿Cómo funciona la dopamina?
A la dopamina se le llama la molécula de la felicidad y determina mucho más de lo que imaginamos nuestra vida. Se ha descubierto que lo que más le gusta a la dopamina, por encima de todo, es el error de predicción en la recompensa, que consiste en descubrir que algo es mejor de lo que habíamos imaginado que fuese. El error de predicción de la recompensa nos sienta tan bien porque todos nos entusiasmamos ante el hecho de que hay algo nuevo e inesperado que puede mejorar nuestra existencia.
Estar aquí y ahora, el presente, es la fuente más rica y constante de lo inesperado. El hecho de prestar atención a la realidad, a lo que estamos haciendo en cada momento, maximiza el flujo de información que llega a nuestro cerebro. En este sentido, si somos capaces de activar nuestro sistema del aquí y ahora, combinando nuestra atención hacia adentro y hacia afuera, nuestra experiencia sensorial será más completa e intensa. En este hecho radica buena parte del placer de viajar y por este motivo lo nuevo siempre es más intenso.
Se da la circunstancia de que la dopamina influye notablemente en los modelos que elaboramos para predecir el futuro. Pero para crear estos modelos la dopamina necesita datos, y estos provienen de los sentidos. Sin embargo, nuestros sentidos no son infalibles ya que son claramente imperfectos a la hora de leer e interpretar la realidad. Y es así como se nos genera la paradoja de acabar inseguros, cuando lo que pretendíamos era estar seguros.
Si deseas profundizar en este tipo de paradojas te recomendamos los artículos sobre las trampas mentales del miedo.
Ejercicio para estar presentes en el aquí y ahora
Una de las mejores maneras, sino la mejor, de desactivar las preocupaciones que nos causa el futuro y conseguir estar “aquí y ahora”, consiste en practicar el ejercicio de la “Meditación de todos los males”. Los estoicos, hace 2400 años, inventaron esta ejercitación filosófica excepcional y maravillosa. Y se trata de una forma de meditación que hoy se enseña prácticamente en todas las universidades del mundo con el nombre de “intención paradójica”.
Los estoicos aconsejaban meditar todos los días de esta manera diametralmente opuesta a las populares formas de meditación actuales. Tanto los días malos como los buenos. Y para llevarla a cabo, tendríamos que cerrar los ojos o tenerlos abiertos, e imaginarnos de la manera más realista posible y voluntaria, las cosas más terribles que podrían acontecernos. Por ejemplo, podemos imaginarnos que nuestra pareja nos traiciona o nos abandona, que nos despiden del trabajo injustamente, que nos diagnostican una enfermedad grave, que se muere un amigo o un familiar, que el mundo se destruye, que la muerte nos alcanza, etcétera. Si practicamos este ejercicio de meditación regularmente estaremos preparados para cuando la vida nos lo ponga difícil, cosa que ocurre a menudo.
La gran ventaja de esta mediación frente a las demás es que experimentaremos un profundo sosiego al comprobar que nada de lo que habíamos pensado que podría sucedernos acontece. Y también experimentaremos un profundo agradecimiento por conservar todo aquello que nos habíamos imaginado perder. En el caso de que nos suceda algo inesperado, seguro que no será tan terrible si lo comparamos con todos los males que nos hemos atrevido a pensar. Además, lo paradójico y lo bueno de este ejercicio de meditación filosófico es que nuestro cerebro activa la dopamina posibilitando que tengamos esa recompensa a través de lo inesperado y, por tanto, accedamos a la alegría de manera espontánea.
¿En qué consiste esta meditación para estar presentes?
La meditación de todos los males para estar presentes en el aquí y ahora viene de Séneca, uno de los filósofos más influyentes de todos los tiempos. Él explicaba cómo la practicaba diariamente, aduciendo que esta meditación fortalece el alma: “El que prevé que puede suceder todo cuanto puede venir, suavizará el ímpetu de todos los males, que no traen nada nuevo a los que está preparados y esperándolos, y se hacen insoportables solo a los que se creen seguros y esperan solamente felicidad”. Se trata de dedicar entre 20 – 30 minutos al día.
A todos nos vendría muy bien tener el coraje de atrevernos a vivir la vida tal y como se nos presenta, desde el aquí y ahora. Vivimos en un mundo cada vez más sedado mediante medicamentos psiquiátricos que lo único que nos procuran es que nos debilitemos e incapacitemos en extremo. Algo estamos haciendo muy mal cuando huimos de nuestras emociones si se apartan de ese estado irreal permanente al que denominamos felicidad.
Necesitamos sentir, no sedarnos. La práctica de este tipo de meditación nos permite abordar la vida desde una óptica natural y nos facilita estar en contacto con nuestras emociones dejándolas expresarse. Pero también propicia que tengamos todos los días sorpresas agradables e inesperadas, sin el estrés de tener que buscar novedades constantes para que nuestra vida no sea aburrida y tediosa.
Por Miguel Herrador
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Elegir dudar de las dudas
¿Cómo romper el círculo vicioso de la búsqueda de certezas? ¡Lee este artículo de Miguel Herrador, terapeuta y coach!
«Si me contradigo, me contradigo, contengo multitudes». WALT WHITMAN
«Las dudas con dudas también se curan». MIGUEL HERRADOR
El constructivismo no está interesado en descubrir la verdad que subyace dentro de nosotros y en las cosas del universo. Por el contrario, el constructivismo, como corriente filosófica intenta sistemáticamente llevarnos a aumentar nuestra conciencia operativa. Dicho con otras palabras: el constructivismo no se interesa en «por qué» sino en «el cómo».
Cabe recordar que hace miles de años, en la antigua China, se hablaba de «verdades de esencia» y de «verdades de error». La esencia sólo la encontraremos en la trascendencia, en el más allá, fuera de este mundo.
Y ya que no podemos alcanzar una verdad definitiva (o de esencia), las verdades de error nos pueden servir, en gran medida, para perfeccionar nuestra capacidad de gestionar la realidad. Las verdades de error y las dudas tienen mucho en común; es más, para mí son una misma cosa.
El síndrome de la certeza
La historia de la humanidad está llena de situaciones en las que se puede apreciar que «la verdad» va cambiando en el tiempo. Vamos, que lo que hoy es ampliamente aceptado como verdad inamovible, mañana puede ser que no lo sea. Un buen ejemplo es el siguiente: la tierra, en contra de lo que se creía, no es el centro del universo…
Existe un síndrome obsesivo llamado «síndrome de la certeza» que aparece siempre que intentamos desvelarla incertidumbre, esa cosa abstracta imposible de descifrar, que es inherente al hecho de estar vivos. Ejemplos de este síndrome pueden ser: tener que elegir entre varias carreras en la universidad, cómo saber al cien por cien si se está enamorado, decidir entre ser padre y no serlo, elegir cambiar de trabajo, escoger entre dos personas a las que se ama, etc. Como veis la lista puede ser infinita.
Sin embargo, si elegimos no escoger o no decidir, estamos rompiendo el círculo vicioso de buscar certezas que nos tranquilicen. Se hace necesario por ello, atrevernos a vivir en la incertidumbre y en el no saber.
Aprender a vivir con la incertidumbre
Permitirnos la incertidumbre, la falta de seguridad y la duda a través de dudar de nuestras dudas es un ejercicio estupendo. ¡Tenéis garantizada la sorpresa!
¡Qué bueno es aprender a vivir entre signos de interrogación a los que evitemos dar respuestas! ¡Cómo nos sentiríamos si abrazáramos las dudas y las aceptáramos sin más cuando se nos presentasen!
Recordemos a Pirrón de Elis y su famoso «epojé» o su traducción: «suspendo mi juicio.» Este gran filósofo ya se dio cuenta de que la mayoría de nosotros no puede estar en el presente, porque nos dedicamos a desvelar la incertidumbre en el intento ilusorio de tener el control.
También podemos contestar a las dudas, que son preguntas que nos vienen solas en los periodos de mucha incertidumbre, con otras preguntas. El resultado: su anulación. Nuestro sistema nervioso central no lleva muy bien un aumento progresivo de la incertidumbre, sobre todo si lo provocamos nosotros lanzándole más dudas sobre las que ya tiene. Con ello provocamos un cortocircuito benévolo que devuelve el equilibrio a nuestra razón y a nuestras emociones.
He aquí algunos ejemplos donde elegimos dudar de nuestras dudas:
- Si dudas de “no estar a la altura” puedes contestarte: ¿Cómo sé que no podré estar a la altura…?
- Si dudas de “no ser capaz” puedes preguntarte: ¿Cómo sé que no seré capaz de…?
- Si crees que “puede ocurrir algo malo” puedes decirte: ¿Cómo puedo estar seguro de que ocurrirá lo malo que pienso del futuro?
- Si dudas de “no estar enamorada totalmente” puedes cuestionarte: ¿Cómo puedo estar segura de estar enamorada al 100 por 100?
- Si temes “cometer una grave equivocación”, puedes añadir la siguiente pregunta: ¿Moriré o no moriré si me equivoco gravemente?
Miguel Herrador, terapeuta y coach
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La fuerza de las creencias
La fe y la duda se corresponden una con la otra, son complementarias. Si no se pone en duda nunca nada, tampoco se cree de verdad.
Hermann Hesse
El gran Epicteto, filósofo estoico de la época romana, sentenciaba de una manera muy sabia: no son las cosas las que nos alteran, sino nuestra percepción de las cosas.
Con esta afirmación pretendía que tomáramos conciencia de la diferencia que hay entre el mundo de los hechos y el mundo de las valoraciones, de las interpretaciones, de los puntos de vista sobre los hechos.
Teniendo esto presente sabremos dónde podemos y tenemos que hacer palanca cuando surge un problema o dificultad en nuestras vidas.
¿Qué aspectos de la realidad dependen de nosotros?
Epicteto, como buen estoico, nos enseña a saber distinguir qué aspectos de la realidad dependen de nosotros y cuáles no. Que tenga un accidente y me fracture una pierna, no depende de mí –a no ser que me comporte de una manera temeraria-, pero la actitud que adopte, la reacción que tenga ante este hecho fortuito, sí que depende totalmente de mí. Aquí sí que tengo todo el poder. El poder de amargarme y estar rabioso por el accidente, o el poder de aprovechar este molesto imprevisto para dedicarme a cosas para las cuales nunca sabia encontrar el momento: leer, escuchar música, ver una serie de películas, estar más con mis hijos…
Es decir, nos lo jugamos casi todo no en lo que nos pasa, sino en la percepción, la interpretación de aquello que nos ha pasado, nuestro filtro o creencias.
Entre tu y tu percepción, están tus creencias…
Ahora bien, ¿de qué depende básicamente que tenga una u otra percepción? Pues resulta que, entre yo y mi percepción de la realidad, hay un filtro que la mayoría de las veces funciona de manera automática, inconsciente. ¿Cuál? Nuestras creencias.
Si en el caso del accidente, yo tengo la creencia de que, si actúo con prudencia, si vigilo, si estoy atento y no me expongo innecesariamente a ningún peligro, a mí no me pasará nunca nada. Y eso, además, lo creo de una manera absoluta y radical, ¿cómo creéis que me sentiré después de romperme accidentalmente la pierna? Ya os lo digo yo: fatal. ¿Y qué percepción tendré del suceso? La percepción de una auténtica catástrofe, de algo terrorífico, de haber padecido un auténtico tsunami vital.
Pero… ¿qué con las creencias?
Las creencias son como una segunda piel que se han ido integrando en nuestra mente fruto del entorno familiar en que hemos vivido, de cómo nos han educado, de las cosas que nos han pasado, de las experiencias vividas y de cómo las hemos vivido… Y es que, al final, queramos o no, conscientes o inconscientes, todos tenemos unas determinadas creencias sobre cómo somos nosotros, sobre cómo son o deberían los otros, y sobre cómo es o debería ser el mundo y la vida en general.
Está claro que algunas de estas creencias nos ayudan a encontrar constancias, regularidades, puntos donde anclarnos y poder transitar guiados con una especie de brújula que marca el norte de nuestra vida, desafiando así el fondo siempre incierto, misterioso y enigmático de la existencia.
¿Y qué hay de las creencias limitantes?
El problema se produce cuando nos dejamos guiar por creencias que no nos ayudan a vivir, que son o se han convertido en disfuncionales: la mayoría de las veces porque se han transformado en patrones rígidos, absolutos e inmodificables. Sería, pues, conveniente estar atentos y vigilar cuándo algunas de nuestras creencias que, no nos engañemos, las vivimos como auténticos actos de fe, nos ayudan y cuando nos impiden avanzar y progresar en nuestra vida.
Claro que, la mayoría de las veces, no resulta tan sencillo, porque están tan integradas en nuestra experiencia cotidiana que, ni somos conscientes de hasta qué punto nos condicionan, ni es tan fácil cambiarlas a fuerza de voluntad.
Así las cosas, muy a menudo necesitamos de la presencia de alguna rotura, crisis o fractura vital contundente para que seamos capaces de modificar alguna de nuestras creencias. ¿Qué triste que sea así, no? Quizás. No lo sé. Sólo sé que los humanos somos bastante así: sólo aprendemos de nuestros errores.
CTBSB
Para finalizar, si tienes preguntas puedes escribirnos a través de nuestro formulario de contacto (aquí), o reservar una cita informativa gratuita (aquí). Estamos en Barcelona, y ahora también en formato online. ¡Muy cerca tuyo!
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Claves para un buen liderazgo
Francesc Calahorro, máster en Problem Solving y Coaching Estratégico, desarrolla claves para un buen liderazgo, según el tipo de personas que tienes en tu equipo.
Si deseas obtener más herramientas y recursos sobre coaching de equipos, escríbenos a través de nuestro formulario de contacto (aquí), o reserva una cita informativa gratuita (aquí). Estamos en Barcelona, y ahora también en formato online. ¡Muy cerca tuyo!
Coaching de equipos: ¿Qué tipo de personas tengo en mi equipo?
“Levantamos primero la polvareda y luego nos quejamos de no poder ver.”
Berkeley
En las artes marciales se utiliza la fuerza del adversario para llevarlo a su propia derrota. De la misma manera, cuando hayamos identificado el tipo de resistencia en nuestro equipo, no lucharemos contra ella, sino que la utilizaremos para producir cambios, enfocados al objetivo. De igual modo que identificamos las resistencias, es de vital importancia en los equipos identificarlas motivaciones. De manera que tendremos que tener en cuenta unos factores más: la técnica o el conocimiento sobre la labor a desempeñar y el problema a resolver o el objetivo a alcanzar.
Clasificación sobre los equipos para un buen liderazgo
En coaching estratégico la motivación del equipo tiene que ser vista igual que sus resistencias individualmente, con lo que nos encontraremos cuatro categorías en las que se pueden dividir:
- TÉCNICA Y MOTIVACIÓN: Personas con conocimientos y actitudes técnicas además de motivadas para conseguir los objetivos planteados al equipo y con conocimientos para la resolución de cualquier dificultad.
- TÉCNICA SIN MOTIVACIÓN: Al igual que en el precepto anterior, son personas con los conocimientos técnicos para afrontar cualquier situación o conocimientos para realizar cualquier objetivo, pero carecen completamente de motivación para ello o para ponerse en marcha. Un buen ejemplo de ello es el síndrome del quemado o burnout.
- SIN TÉCNICA, PERO MOTIVADO: Suelen suplir se falta de conocimiento con una gran actitud y motivación. Están siempre dispuestos a todo y son grandes colaboradores. Suelen ser personas muy bien valoradas y apetecibles para selecciones de RRHH donde hoy en día, la falta de experiencia en determinados campos se valora un 20%, y un 80% la actitud. Nadie se iría a la Luna acompañado de un pesimista.
- SIN TECNICA, SIN MOTIVACION: Si además de no tener conocimientos suficientes para llevar a cabo una labor o un objetivo, además no siente ninguna motivación para ello, podéis imaginar que nadie desearía ir a la Luna con esta persona y ni tan siquiera querría ir a la esquina de abajo. Por suerte en los equipos suele haber pocas de personas de este tipo, pero desgraciadamente las hay impuestas o por méritos propios.
Liderar según rango para que el equipo funcione
No es necesario que en un equipo todos sean de la categoría 1; pero lo que si hay que saber es liderar con cada uno de ellos según su rango para que el equipo funcione y obtenga resultados. Un buen líder sabe manejar las resistencias y la motivación que pueda encontrar en cada uno de los miembros de su equipo. Y las debe saber manejar tanto individual como grupalmente.
Por hacer un símil con el futbol: para que un equipo funcione no necesito a 11 Messi; necesito un Pique todo corazón y fuerza, pero poco técnico; a un Iniesta o un Busquets, todo técnica, pero con poca motivación personal, aunque si de grupo y pertenencia; y quizás también en ese equipo necesito tener uno del tipo 4, si algo sale mal tendré a alguien para echarle la culpa.
Francesc Calahorro, coach y terapeuta.
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Empatía y motivación
Francesc Calahorro, especialista en problemas relacionales y en coaching estratégico, nos habla sobre la empatía como base de la motivación.
Si deseas obtener más herramientas y recursos sobre la empatía, escríbenos a través de nuestro formulario de contacto (aquí), o reserva una cita informativa gratuita (aquí). Estamos en Barcelona, y ahora también en formato online. ¡Muy cerca tuyo!
El amor y el aprecio como base de la motivación
Muchos son los artículos, blogs e incluso libros que podemos encontrar y leer sobre la motivación, hay tantas recetas sobre la motivación como características de ella, y es que cada persona es un mundo, así pues, lo que sirve para una persona no es válido para otra, cada uno tiene sus “motiv-os” para la “acción”.
Creo que la motivación, la productividad, la predisposición, la proactividad proviene de un estado emocional, ese estado emocional es generado en cada uno de nosotros por el aprecio.
¿Te sientes apreciado por las personas con quien trabajas o convives? Si es así, entonces probablemente te gustara ir a trabajar cada día, y estarás implicado en él y con tus compañeros. Sin embargo, si no te sientes apreciado, en ese caso puede que tu trabajo sea solamente una forma de lograr que siempre haya comida en la mesa.
Todos nosotros esperamos que nos paguen por el trabajo que hacemos. Todos queremos ganar más, el empleado, el jefe, el directivo, el CEO y como no el empresario. Pero el principal motivo de satisfacción laboral no es la remuneración, sino el hecho que la persona se sienta (o no) apreciada y valorada por el trabajo que hace.
De acuerdo con investigaciones realizadas por el Departamento de Trabajo, el 64% de los empleados que renuncia a su empleo lo hace porque no se siente apreciado. Esto se aplica a empleados de cualquier jerarquía, desde los directivos hasta la persona de la limpieza. El ser humano necesita ser apreciado, y cuando esa necesidad se encuentra insatisfecha, disminuye la satisfacción tanto laboral como personal.
Cuando los integrantes de un grupo se dan muestras generosas de aprecio, el conjunto se fortalece y crecen sustancialmente las posibilidades de formar un equipo ganador. El aprecio tiene la virtud de sacar a relucir las mejores cualidades de una persona. Motiva a todos a hacer más, a esforzarse más, a contribuir más, a sentirse capaces de más y más satisfechos con la función que desempeñan. Si todos los componentes de un grupo se estiman entre sí, se respetan, la productividad y el optimismo se multiplican.
Por lo tanto, te conviene preocuparte de expresar agradecimiento y aprecio a las personas con las que trabajas. Te sentirás más feliz, pues son manifestaciones de amor; y de un modo u otro el amor siempre tiende a ser correspondido. También serán más felices los destinatarios de esas muestras de aprecio, pues sentirán que la vida les sonríe. Además, cuando todos se valoran unos a otros, el ambiente se torna más positivo y agradable, todos trabajan mejor y se hacen mayores progresos.
Pensar bien unos de otros es positivo, es un buen punto de partida; pero si no expresamos esos pensamientos, sino nos molestamos en verbalizarlos, a los demás no les sirven de nada. No podemos esperar que nuestros compañeros de trabajo nos lean los pensamientos. Es preciso traducirlos en palabras y actos.
Pero cuidado, la realidad es que lo que hace que una persona se sienta apreciada no hace que la otra lo sienta, incluso en las empresas donde se considera importante el reconocimiento, los esfuerzos por expresar aprecio suelen ser ineficaces. El aprecio tiene su propio lenguaje, junto con una fundamental comunicación eficaz.
Cada uno de nosotros quiere saber que lo que hace tiene importancia, pero con dar o recibir solo un “gracias”, no funciona, el lenguaje de la motivación va más allá.
Francesc Calahorro, coach y terapeuta.
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Coaching Estratégico
Francesc Calahorro, máster en Problem Solving, nos habla sobre el coaching estratégico.
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¿Qué es el Coaching?
“Incluso el cambio más pequeño introducido dentro de un sistema complejo activa una serie de reacciones en cadena que tienden a trastornar el equilibrio general”. René Thom
Hemos oído mucho últimamente la terminología Coaching, pero antes de nada me gustaría hacer una definición simple; para mí el Coaching es un método orientado a la acción, para motivar y entrenar a una persona o un grupo para conseguir un objetivo o desarrollar habilidades específicas.
El Coaching nos puede ayudar a:
- Definir cuál es el verdadero objetivo que deseas conseguir
- Reconocer nuestra realidad, nuestro punto de partida
- Detectar posibles obstáculos
- Identificar tus recursos y herramientas
- Y cómo no: pasar a la acción.
La mejor manera de pasar a la acción es hacerlo que con Estrategias, generar un conjunto de acciones planificadas sistemáticamente en el tiempo, que te llevan a un determinado fin.
Un proceso de coaching estratégico
Un proceso de coaching, no se tiene que concentrar en hacer entender de modo diferente, sino en hacer sentir de manera distinta. Dicho sentimiento nos desencadenará una nueva forma de actuar y finalmente nos llevará al descubrimiento de un mundo diferente, ya que de esta manera llegaremos a cambiar nuestro punto de vista cognitivo.
Por tal motivo, tenemos que tener en cuenta que solo gracias a nuestras experiencias y vivencias, podemos estructurar nuestros nuevos aprendizajes. Por lo tanto, las intervenciones estratégicas se tienen que dirigir, primordialmente, a producir nuevas y concretas experiencias que cambien su manera de percibir y de reaccionar.
A mí personalmente me gusta expresarlo de este modo:
*Cambiando la percepción, cambiamos la emoción.
*Al cambiar la emoción, cambiamos la conducta.
*Al cambiar la conducta, cambiamos la cognición.
“El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevas tierras, sino en tener nuevos ojos”.
Marcel Proust
Francesc Calahorro, coach y terapeuta.
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Coaching para el liderazgo
Francesc Calahorro, máster en Problem Solving y Coaching Estratégico, nos habla sobre qué es ser lider y cuáles son las características estratégicas para el liderazgo.
Si deseas obtener más herramientas y recursos sobre liderazgo, escríbenos a través de nuestro formulario de contacto (aquí), o reserva una cita informativa gratuita (aquí). Estamos en Barcelona, y ahora también en formato online. ¡Muy cerca tuyo!
Diferencias entre líder y jefe
Creo necesario en primer lugar, definir las características del “líder” respecto al “jefe”. A menudo el “jefe”, de un grupo, una empresa, u organización, cae en el autoengaño de tener el poder por el simple hecho de ser el “jefe”.
Esta creencia inexorablemente conduce a la falta de liderazgo, lo que puede conducir probablemente también a no alcanzar plenamente los objetivos deseados o a errar en ellos, por no tacharlo de fracaso.
“Muchas personas tienen poder, pero pocos tienen poder para llegar a las personas”.
¿Qué significa liderazgo?
Liderar significa “conducir a un grupo o equipo a donde se desee, asegurándose que ellos también quieren ir hacia ese objetivo”. Por lo tanto, un “líder” tiene que trabajar desde la autoridad y no desde el autoritarismo, liderando no mandando.
Liderazgo significa creer en el equipo como conjunto único, no la simple suma de recursos individuales a quien culpar en el caso de no conseguir el objetivo. En el equipo cada uno tiene una función y la suma de ellos es lo que hace que la organización pueda navegar en una dirección, adaptándose a los cambios de viento y otras adversidades que surjan en el recorrido hasta la meta final.
Ser líder no es fácil, sin duda es un papel que muchos no están dispuestos o preparados para asumir su responsabilidad. Pero igual que todos los roles organizacionales, el liderazgo se genera demostrándolo, sobre todo en las relaciones productivas entre las personas.
Es en la creencia del equipo, más que en la autoridad conferida por terceros, donde el líder tiene de trasladar su meta y visión del objetivo, y que dicho equipo quiera acompañarlo. Y es con ellos con quien tiene que compartir el éxito o buen final de la misión, así como la relación diaria para dar sosiego al trabajo realizado y al que queda por realizar.
5 + 1 Características Estratégicas para convertirse en un líder de éxito
Y la pregunta es: ¿Cómo convertirse en ese líder que todas las personas aspiran a ser?
Pues bien, desde el punto de vista del Coaching Estratégico y el Problem Solving hay cinco dinámicas que pueden ayudarte:
- Principios claros: La distribución de tareas, la responsabilidad de todos, los objetivos, individuales o grupales, las asignaciones, las reglas, la conducción y la tolerancia, es el primer y más importante paso a construir en un liderazgo indiscutible, lejos de malentendidos y malas interpretaciones.“No habrá una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión”
- Establecer el acuerdo: Acordar con todo el grupo de trabajo los objetivos deseados, crear la armonía con todo el mundo, después de haber acordado las normas que deben cumplirse. Por supuesto el líder debe de ser el primero en cumplir con los compromisos tomados, de lo contrario se perderá toda autoridad previamente adquirida, incluyendo la autoridad otorgada a el como líder. Utilizar una comunicación y un lenguaje especifico, persuadir para que visualicen el objetivo al que quieren ir, ser como dijo Gandhi:“Sé lo que te gustaría que el mundo fuese”
- Se flexible: Pero siempre orientado hacia el objetivo, un líder exitoso, que posee gran experiencia y habilidades sociales considerables, se puede perder, en la creencia que puede controlarlo todo y a todos. Hay que ser capaz de manejar lo que viene, no perder nunca el objetivo de vista y ser capaz de adaptarse a las situaciones que surjan. “Un surfista cabalga diferente cada ola, porque cada ola es diferente a la anterior y la posterior”
- No hay una sola realidad: Una manera de ser flexible y adaptarse a las circunstancias que afrontamos es ver la situación de diferentes perspectivas, para poder ponernos en el lugar de los demás. Nuestra visión del mundo es filtrada por nuestros sentidos, nuestras percepciones, nuestras experiencias pasadas. Por lo tanto, no existe una realidad única, si no muchas realidades ya que son puntos de vista. Como nos decía Nelson Mandela: “Me gustan los amigos que tienen pensamientos independientes porque suelen hacerte ver los problemas desde todos los ángulos”
- Saber comunicar: Y además con eficacia, es una capacidad necesaria. Las palabras pueden alentar, motivar, promover, persuadir, pero también herir, desmoralizar, demoler, destruir. Un líder debe saber cómo utilizar los términos adecuados, en el momento oportuno, tanto en el lenguaje verbal como no verbal, para reforzar el mensaje, todo con el objetivo de movilizar los recursos de los demás. “Las palabras son la droga más poderosa empleada por la humanidad”
Ten en cuenta estas 5 características estratégicas si realmente aspiras aun liderazgo exitoso.
Y me gustaría para finalizar añadir una característica más, esta quizás no estratégica, pero si el motor de todas ellas, que para mí es la:
Acción: De nada sirve un líder que sepa hablar si no hace lo que dice. Si quieres lograr ser un magnífico líder debe existir concordancia entre lo que dices y lo que haces. No hace falta decir nada porque haciéndolo se dice solo. Ese es un auténtico líder, el que entre sus palabras y sus acciones no existe diferencia alguna.
“Hacer es la mejor manera de decir”. José Martí
Francesc Calahorro, coach y terapeuta.
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Empatía: ¿Qué es?
Francesc Calahorro, especialista en problemas relacionales y de comunicación, nos habla sobre la empatía: ¿qué es?, ¿cómo podemos desarrollar empatía?, ¿por qué es tan importante?
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¿Somos seres empáticos?
“Hay algo en las personas que solo ellas saben.”-Ben Harper.
Uno de los refranes más poderosos de nuestra literatura dice: “Cuando veas las barbas de tu vecino afeitar, ponlas tuyas de remojar”. Este poderoso refrán encierra un significado de la empatía bastante profundo. Una poderosa verdad en sintonía, que reside en lo hondo de cada persona; los sentimientos y padecimientos de otro ser humano no pueden pasar inadvertidos ante nuestros ojos.
La habilidad de comprender y saber lo que siente el otro, es lo que propicia nuestro propio desarrollo y crecimiento. En nuestra sociedad actual, sin embargo, los comportamientos empáticos escasean en deterioro del egoísmo y la individualidad. La empatía se construye sobre la propia conciencia de lo que somos como colectivo y personalidad. Ante ello podemos preguntarnos: ¿Cuáles son las claves para desarrollar una empatía eficiente? ¿Cómo genero una forma de ser empática?
Requisitos para desarrollar empatía
El requisito previo para desarrollar una empatía eficiente es ser capaz de evaluar profundamente nuestras emociones y sentimientos, viendo cuáles son sus interrelaciones con el mundo, con los demás y con nosotros mismos.
Cuanto más abiertos estemos a nuestras propias emociones, más hábiles seremos para interpretar los sentimientos de los demás. Esto nos proporcionará la claridad mental y la fuerza necesaria para entender adecuadamente las emociones y las conductas que tutelan el comportamiento de los demás.
La mente racional se expresa a través de las palabras y razonamientos, las emociones, sin embargo, se expresan a través de expresiones faciales, posturas y tonos de voz. Aquí tenemos una de las claves para intuir los sentimientos del otro, en el lenguaje no-verbal. Esta singular habilidad de interpretar, interiorizar y detectar adecuadamente el significado implícito de la comunicación, nos ayudará a adelantarnos a los requerimientos y necesidades del otro. Sabremos cómo actuar y aportar la solución adecuada que logre sintonizar con el estado emocional de la otra persona.
¿Por qué es tan importante desarrollar la empatía?
Los seres humanos tenemos la habilidad innata de sentir y “ponernos en la piel” de otro, hasta de “calzarnos sus zapatos”, entre otras cosas, porque nos vemos reflejados en las vivencias de otras personas. A menudo las necesidades de otros, también son las nuestras.
La vida nos depara aprendizajes, experiencias, obstáculos, dichas y penas, y cada uno de nosotros sin excepción en mayor o menor medida pasa por cada una de ellas. Igual que son comunes en todas las personas las emociones de base como el miedo, el dolor, la rabia y el placer. Cuando tomamos consciencia de las emociones de los otros y las nuestras es cuando podemos entrar en una empatía de acción. La empatía tiene una estrecha relación con el amor y la compasión.
Está demostrado que las personas altamente empáticas, son personas más alegres, felices y sensibles. Y esto es así, porque la retroalimentación que se obtiene siendo empático va en consonancia con las virtudes que ésta lleva adheridas. Si nuestro patrón de conducta y comportamiento siempre tiene en cuenta las necesidades y el bienestar de los demás, nuestro patrón se verá fortalecido y ampliado, porque recibirás más de lo mismo. Tu siembra será tu cosecha, al igual que lo que reflejas en el exterior es un espejo de tu alma.
Debemos trabajar y fortalecer la empatía no solo con nuestro círculo más cercano, sino con todo aquel que necesite apoyo y ayuda. Nadie se merece quedar desatendido y desamparado ante sucesos que cualquiera de nosotros puede atender de manera efectiva, solidaria y compasiva. Los beneficios de esta práctica son innumerables tanto para el que los recibe como para el que los ejecuta. Brindemos nuestro máximo exponente y tacto emocional a todo aquel que lo necesite. Un mundo mejor es posible si todos desarrollamos esta magnífica virtud.
“Aprender a estar en la piel de otro, a ver a través de sus ojos, así es como comienza la paz. Y depende de ti hacer que ocurra.” -Barack Obama.
Francesc Calahorro, coach y terapeuta.
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