Miedo a volar: Aprender a volar tranquilos
En este post Miguel Herrador, terapeuta y coach, nos habla sobre el mejor tratamiento para superar el miedo a volar desde el enfoque de la terapia breve.
Recuerda que si deseas aprender a ayudar a otras personas a tratar el miedo a volar puedes formarte con nosotros en nuestra Formación en terapia breve y coaching estratégico.
Y si éste u otro problema te aqueja, puedes iniciar una terapia para el miedo a volar. Escríbenos a través de nuestro formulario de contacto (aquí), o reserva una cita informativa gratuita (aquí).
“Pero dónde está el peligro, está también la curación”.
Frederick Hölderlin
El miedo a volar y los accidentes aéreos
Las tragedias aéreas, casi con toda probabilidad, son de las cosas que más pueden asustar a alguien que sufre de miedo a volar, sea en su versión fóbica (miedo a morir porque el avión se estrelle), sea en su variante más obsesiva (miedo al miedo o miedo a no tener el control; es decir, a no poder salir del avión en caso de sentirnos mal).
El miedo a volar está relacionado con el miedo a las catástrofes aéreas. Te contaré a continuación las que más me han marcado a mi…. El vuelo 4590 de Air France en el mes de Julio del año 2000 no solo acabó en tragedia, sino que supuso el fin del Concorde, el único avión supersónico comercial. Un incendio supuso la muerte en el acto de todos sus ocupantes cuando la nave se estrelló poco después de despegar. Las imágenes me dejaron traumatizado un tiempo durante el cual no quise volar a ningún sitio, ya que mi miedo a volar iba en aumento.
Los atentados de las torres gemelas fueron una pesadilla para las personas con miedo a volar, de lo más traumático para los que fuimos espectadores. Los ataques se llevaron a cabo con aviones comerciales secuestrados para ser utilizados como gigantescas bombas dirigidas por terroristas de Al-Kaeda. Dichos atentados llevaron aparejados el hundimiento de las dos torres y provocaron miles de víctimas. Todos los ocupantes de los aviones perecieron al instante. Además, todo el gran despliegue mediático utilizado para cubrir un evento tan trágico como inesperado, sirvió para traumatizar a una cantidad inusitada de personas que siguieron las noticias a través de los medios informativos. En aquellos años, después de los atentados, ver a alguien con aspecto árabe en una aeronave estuvo provocando mucha desconfianza y pavor durante mucho tiempo.
El accidente del 20 de agosto del 2008 en el avión de Spanair, en el aeropuerto de Barajas en Madrid, también tuvo una gran repercusión mediática al mismo tiempo que traumática para muchas personas, incluso para aquellas que no tenían miedo a volar. Murieron 154 personas. Por lo visto el accidente se debió a un error técnico en la configuración del despegue, concretamente en las piezas de las alas (flats). ¿Cómo volar tranquilos si no nos podemos fiar de los constructores de las aeronaves ni de los que las mantienen en estado operativo y funcional?
Pero la cosa no acaba aquí. El 24 de Marzo del año 2015 el vuelo 9525 de Germanwings se estrelló en los Alpes franceses. Murieron 144 pasajeros, 4 miembros de la tripulación y dos pilotos. Esta vez no fue por causas técnicas, sino porque uno de los pilotos lo estrelló deliberadamente. Después se supo que se trataba de una persona con trastornos mentales graves a la cual no se le había prestado la debida atención. Tras este suceso ya no nos podíamos fiar ni de la tripulación. Este suceso también tuvo un gran soporte mediático y supuso un evento traumático para personas con miedo a volar.
Vencer el miedo a volar desde la raíz. ¿Cuál es el mejor tratamiento?
Como podemos observar no hay nada que venza y haga sufrir a más personas que el miedo. Ni los genios se pueden librar de pasarse de rosca a la hora de enfrentarse a la incertidumbre y al pánico.
Para vencer el miedo a volar tienes que tener en cuenta que buscar la confianza, a través de la razón, tratando de encontrar cosas que nos quiten la incertidumbre, paradójicamente la aumentan. Pensar y pensar no nos quitará el miedo. Por ejemplo, defenderse del miedo a volar haciendo cálculos matemáticos parece lógico pero en realidad no lo es como lo demuestra la siguiente historia.
Hace unos 20 años tuve la suerte de tener alojado en mi casa a Gideon E. Schwarz, un profesor de matemáticas en la universidad de Tel Aviv y un excelente terapeuta gestáltico colaborador habitual de Claudio Naranjo. En una de aquellas noches me contó una sorprendente y divertida historia que utilizaba en sus clases de cálculo de probabilidades.
Dicha historia relata los avatares de un profesor de matemáticas especialista en estadística que tenía que viajar frecuentemente en avión para dar conferencias. Ante los numerosos avisos de bomba con los que se encontró, para calmarse, decidió calcular la probabilidad de que hubiera una bomba en un avión. Cuando vio que era muy pequeña se tranquilizó, pero solo a medias. Por ello, porque no se quedaba del todo tranquilo, decidió calcular la posibilidad de que hubiera dos bombas en el mismo vuelo, descubriendo que el resultado era infinitesimal. Nuestro hombre decidió, a partir de aquel instante, que siempre llevaría consigo una bomba en su maleta cada vez que tuviera que viajar en avión. Si él ya llevaba una, sería muy difícil que alguien llevase otra en el mismo vuelo…
Una de las conclusiones más importantes a la que podemos llegar es a la de no viajar con este individuo, si sabemos que lo hará con nosotros, puesto que es un peligro. Usando su inteligencia, para vencer el miedo a volar y liberarse de sus ansiedades y temores, se ha convertido en alguien que se comporta como un terrorista, aunque sus intenciones sean diametralmente opuestas. Otra conclusión, también posible si viajásemos con él en calidad de pareja o amigo, podría ser la de acabar en prisión siendo juzgados por ir con un loco.
¿Qué podemos hacer para superar el miedo a volar definitivamente?
Sin embargo, más allá de esta broma intelectual, ¿qué podemos hacer para poder sobrellevar ese miedo tan terrible y para que esas imágenes traumáticas nos dejen tranquilos? ¿Qué remedios existen para que a pesar de los accidentes podamos volar con tranquilidad y confianza?
El mejor tratamiento para superar el miedo a volar pasa por dejar tranquila a la incertidumbre, es una de las grandes cosas que he aprendido en mi vida. En efecto, el poder del ahora se basa en esta premisa, en dejar tranquilo el futuro. Cuando no lo hacemos, la incertidumbre nos suele golpear donde más nos duele. La seguridad completa no existe en la naturaleza, por eso es muy útil aclarar que la expectativa de que los aviones sean totalmente seguros es imposible.
Otro factor importante del mejor tratamiento para superar el miedo a volar es confiar en las medidas de seguridad. Todos los aviones tienen sistemas altamente probados para superar problemas de todo tipo y fallos inesperados. Sirva como ejemplo que todos los aviones tienen el doble de potencia de la que necesitan para volar. En caso de que falle un motor siempre queda otro.
El personal, tanto de mantenimiento como de vuelo, está altamente adiestrado y cualificado. Un piloto tiene que pasar duros entrenamientos y numerosos exámenes para poder hacerse con los mandos de una aeronave.
Todo aquel miedo que evitamos se acaba convirtiendo desgraciadamente en pánico. Es tan pernicioso evitar el miedo que al hacerlo lo convertimos en algo patológico. Por el contrario, cuando afrontamos lo que nos asusta nos volvemos valientes. Dicho de otro modo, necesitamos al miedo para desarrollar en nosotros la valentía. No hay otra forma.
“La meditación de todos los males” es una técnica proveniente de a filosofía estoica que también funciona como tratamiento para superar el miedo a volar. Consiste en imaginarnos voluntariamente todos los días aquellas cosas que pueden ir mal en relación con nuestro vuelo. Es asombroso el poder terapéutico de este ejercicio que hoy se utiliza en todo el mundo con grandes resultados.
Para enfrentarnos a las imágenes y a los recuerdos traumáticos disponemos de una técnica magnífica: “novelar el trauma”. Y consiste en escribir todos los días aquellos recuerdos que no queremos hacer conscientes o que nos dañan al recordarlos. En muy poco tiempo los hechos traumáticos se quedarán consignados en un papel y no tendremos que sufrirlos.
De modo que nos no queda otra que elegir la confianza cada vez que decidamos hacer un viaje en avión. Confiar… bonita palabra y valiente acción…
Miguel Herrador
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