Estar aquí y ahora con la meditación de todos los males
En este post te proponemos un ejercicio para estar presentes en el aquí y ahora: La meditación de todos los males.
Escrito por Miguel Herrador, terapeuta especializado en ansiedad.
“Espérate lo inesperado”. HERÁCLITO
Claves para estar presentes: ¿Cómo funciona la dopamina?
A la dopamina se le llama la molécula de la felicidad y determina mucho más de lo que imaginamos nuestra vida. Se ha descubierto que lo que más le gusta a la dopamina, por encima de todo, es el error de predicción en la recompensa, que consiste en descubrir que algo es mejor de lo que habíamos imaginado que fuese. El error de predicción de la recompensa nos sienta tan bien porque todos nos entusiasmamos ante el hecho de que hay algo nuevo e inesperado que puede mejorar nuestra existencia.
Estar aquí y ahora, el presente, es la fuente más rica y constante de lo inesperado. El hecho de prestar atención a la realidad, a lo que estamos haciendo en cada momento, maximiza el flujo de información que llega a nuestro cerebro. En este sentido, si somos capaces de activar nuestro sistema del aquí y ahora, combinando nuestra atención hacia adentro y hacia afuera, nuestra experiencia sensorial será más completa e intensa. En este hecho radica buena parte del placer de viajar y por este motivo lo nuevo siempre es más intenso.
Se da la circunstancia de que la dopamina influye notablemente en los modelos que elaboramos para predecir el futuro. Pero para crear estos modelos la dopamina necesita datos, y estos provienen de los sentidos. Sin embargo, nuestros sentidos no son infalibles ya que son claramente imperfectos a la hora de leer e interpretar la realidad. Y es así como se nos genera la paradoja de acabar inseguros, cuando lo que pretendíamos era estar seguros.
Si deseas profundizar en este tipo de paradojas te recomendamos los artículos sobre las trampas mentales del miedo.
Ejercicio para estar presentes en el aquí y ahora
Una de las mejores maneras, sino la mejor, de desactivar las preocupaciones que nos causa el futuro y conseguir estar “aquí y ahora”, consiste en practicar el ejercicio de la “Meditación de todos los males”. Los estoicos, hace 2400 años, inventaron esta ejercitación filosófica excepcional y maravillosa. Y se trata de una forma de meditación que hoy se enseña prácticamente en todas las universidades del mundo con el nombre de “intención paradójica”.
Los estoicos aconsejaban meditar todos los días de esta manera diametralmente opuesta a las populares formas de meditación actuales. Tanto los días malos como los buenos. Y para llevarla a cabo, tendríamos que cerrar los ojos o tenerlos abiertos, e imaginarnos de la manera más realista posible y voluntaria, las cosas más terribles que podrían acontecernos. Por ejemplo, podemos imaginarnos que nuestra pareja nos traiciona o nos abandona, que nos despiden del trabajo injustamente, que nos diagnostican una enfermedad grave, que se muere un amigo o un familiar, que el mundo se destruye, que la muerte nos alcanza, etcétera. Si practicamos este ejercicio de meditación regularmente estaremos preparados para cuando la vida nos lo ponga difícil, cosa que ocurre a menudo.
La gran ventaja de esta mediación frente a las demás es que experimentaremos un profundo sosiego al comprobar que nada de lo que habíamos pensado que podría sucedernos acontece. Y también experimentaremos un profundo agradecimiento por conservar todo aquello que nos habíamos imaginado perder. En el caso de que nos suceda algo inesperado, seguro que no será tan terrible si lo comparamos con todos los males que nos hemos atrevido a pensar. Además, lo paradójico y lo bueno de este ejercicio de meditación filosófico es que nuestro cerebro activa la dopamina posibilitando que tengamos esa recompensa a través de lo inesperado y, por tanto, accedamos a la alegría de manera espontánea.
¿En qué consiste esta meditación para estar presentes?
La meditación de todos los males para estar presentes en el aquí y ahora viene de Séneca, uno de los filósofos más influyentes de todos los tiempos. Él explicaba cómo la practicaba diariamente, aduciendo que esta meditación fortalece el alma: “El que prevé que puede suceder todo cuanto puede venir, suavizará el ímpetu de todos los males, que no traen nada nuevo a los que está preparados y esperándolos, y se hacen insoportables solo a los que se creen seguros y esperan solamente felicidad”. Se trata de dedicar entre 20 – 30 minutos al día.
A todos nos vendría muy bien tener el coraje de atrevernos a vivir la vida tal y como se nos presenta, desde el aquí y ahora. Vivimos en un mundo cada vez más sedado mediante medicamentos psiquiátricos que lo único que nos procuran es que nos debilitemos e incapacitemos en extremo. Algo estamos haciendo muy mal cuando huimos de nuestras emociones si se apartan de ese estado irreal permanente al que denominamos felicidad.
Necesitamos sentir, no sedarnos. La práctica de este tipo de meditación nos permite abordar la vida desde una óptica natural y nos facilita estar en contacto con nuestras emociones dejándolas expresarse. Pero también propicia que tengamos todos los días sorpresas agradables e inesperadas, sin el estrés de tener que buscar novedades constantes para que nuestra vida no sea aburrida y tediosa.
Por Miguel Herrador
Recuerda que puedes iniciar un proceso de terapia con un profesional de nuestro equipo. Escríbenos a través de nuestro formulario de contacto (aquí), o reserva una cita informativa gratuita (aquí). Estamos en Barcelona, y ahora también en formato online. ¡Muy cerca tuyo!
Leer más
Sobre el tratamiento del dolor crónico y la epidemia de los medicamentos opiáceos: Cuando la solución es el problema
Este artículo de Miguel Herrador, terapeuta y coach, se centra en la necesaria relación entre las intervenciones emocionales y psicológicas y el tratamiento del dolor crónico. Inspirado en el documental “¿Adictos a los analgésicos?” y las investigaciones recientes de la doctora Irene Tracey.
Recuerda que en nuestro centro de Terapia Breve Sentirse Bien tenemos más de 25 años de experiencia tratando problemas como la ansiedad, la hipocondría somática, la depresión y el estrés postraumático. Si lo deseas puedes contactarnos con un terapeuta de nuestro equipo y solicitar una primera entrevista informativa gratuita. Estamos en Barcelona, y ahora también en terapia online. ¡Muy cerca tuyo!
“Hay que tener la valentía de saber sufrir para dejar de sufrir”. CIORAN
Acabo de ver un documental de imprescindible visión para todos. Está a vuestra disposición en Movistar plus. Se titula “¿Adictos a los analgésicos?”, y está conducido por el prestigioso médico y periodista científico Michael Mosley. Dicho documental muestra cómo el uso indiscriminado de analgésicos opiáceos, para tratar el dolor crónico, provoca una dependencia enorme de los mismos. Este abuso suele convertir en crónico el problema y, en muchos casos, comporta adquirir una adicción difícil de dejar, además de un inaudito aumento de muertes por sobredosis.
Este asunto, por el momento, ha dejado de ser un foco de atención a causa de la Pandemia del Covid-19 y la guerra de Ucrania. En los Estados Unidos, concretamente, pero también en el mundo occidental, esta epidemia de opiáceos ha multiplicado por 7 las muertes por sobredosis en la última década. Se la llama “el cáncer silencioso”.
Afrontar el dolor crónico y el dolor psicológico: ¿por dónde empezar?
Pero la parte más interesante de este documental es lo que explica la doctora Irene Tracey, una de las mejores investigadoras sobre el funcionamiento del dolor en el mundo, estableciendo las diferencias entre el dolor agudo y el dolor crónico. Sus sorprendentes hallazgos se centran en cómo el cerebro humano percibe y vive el dolor. Ha descubierto y probado que el dolor crónico es una activación o memoria del sistema nervioso cuando éste previamente ha sufrido un dolor agudo. Y este hecho recuerda mucho a lo que ocurre cuando hemos vivido algún tipo de trauma que después se convierte en estrés postraumático. Muy probablemente, el miedo a volver a sufrirlo tiene mucho que ver en la persistencia del dolor psicológico, incluso cuando el dolor agudo ya no existe. Según ella, muchos dolores y muchas sensaciones psicosomáticas también podrían estar ocasionadas por esta manera de vivir el dolor que tiene nuestro sistema nervioso.
La psicoterapia puede ayudar a romper el círculo vicioso del dolor
Mediante recientes investigaciones neurológicas sabemos que las mismas áreas cerebrales que gestionan la tristeza también gestionan el dolor físico. Por ello lo que sentimos, en muchos casos, afecta y puede que origine la cantidad de dolor físico que tengamos. La doctora Tracey explica que si estamos deprimidos el dolor crónico suele aumentar. Se trata de un círculo vicioso dentro del cual se superponen y entrelazan tanto las causas físicas como los mecanismos emocionales y psicológicos.
Este descubrimiento, además de darnos qué pensar, nos puede ayudar a darle más valor a los tratamientos emocionales y psicológicos, para liberarnos de las adicciones de los opiáceos y otras drogas, así como para tratar patologías como la hipocondría somática, la depresión y el estrés postraumático. También nos servirían sus investigaciones a la hora de tratar la ansiedad patológica y su forma más perversa que no es otra que los ataques de pánico. En este sentido, grandes especialistas avisan de que el abuso de ansiolíticos calma la ansiedad pero no permite aprender a manejar con eficacia el miedo. La Seguridad Social de nuestro país se ahorraría de este modo muchos cientos de millones de euros cada año.
En resumen, y como apunta este soberbio documental, aprender a relacionarnos con nuestras emociones y a solucionar los problemas que a menudo nos causan por no saber manejarlas, mediante un proceso de crecimiento personal o terapéutico, nos ayudaría a tratar con éxito el dolor crónico y el emocional.
Leer más