La gestión de la incertidumbre
El fin de año ya está aquí y miles de personas ya se están haciendo preguntas acerca de lo que vendrá: ¿Cómo será el 2023?, ¿Encontraré mi vocación?, ¿Me sentiré realizado/a?, ¿Podré superar mis problemas de pareja?, ¿Tendré dinero?…
En esta época, quizás más que nunca, necesitamos aprender a navegar en las aguas del no saber… ¡Aprende acerca de la gestión de la incertidumbre! No te pierdas el post de Miguel Herrador
«La búsqueda de certezas conduce a la incertidumbre.» BUDA
En el libro escrito magníficamente “La belleza del Universo”, el brillante científico alemán Stefan Klein relata que nuestra capacidad para manejar “la Incertidumbre” tiene un límite. Utiliza como ejemplo el hecho de que, aunque pudiéramos construir un ordenador tan grande como el Universo, éste no sería capaz de calcular todos los movimientos posibles que permite el juego de ajedrez.
La incertidumbre no podría ser desentrañada ni por un ordenador tan grande como el universo
Como podemos apreciar, ni un ordenador tan grande como el Universo podría calcular todas las circunstancias y posibilidades que nos brinda nuestra vida. Es obvio que una vida es infinitamente más compleja que todos los movimientos que puede producir un juego como el ajedrez. Pongamos, por ejemplo: escoger a quien amar entre dos personas distintas, cuál es nuestra verdadera vocación, qué carrera podremos estudiar mejor y nos hará sentir verdaderamente realizados, si queremos ser padres o no…
Una paradoja muy interesante consiste en que la incertidumbre se hace más grande cuanto más se intenta desentrañar.
Creer que pensando podemos acabar con “El no saber” es otro espejismo de la razón. En nuestra sociedad se sobrevalora el hecho de pensar. Y así nos va. Cada vez hay más seres humanos bloqueados en su espontaneidad por querer tenerlo todo controlado y pensar demasiado. Es notorio que cuando pretendemos tenerlo todo controlado aparecen la ansiedad y la angustia. Como decía Goya: “Nuestra imaginación genera monstruos”.
Cuando estamos dudando estamos metiéndonos de lleno en la incertidumbre. Quiero decir que si tenemos dudas ya estamos atrapados por la incertidumbre. Y añadir que así es como generamos nuestros propios demonios.
Si quieres profundizar puedes leer nuestra sección sobre post sobre elegir dudar de las dudas.
¿Adelantarnos al futuro nos salva de la incertidubre?
Si comparamos nuestra vida, y todo lo que acontecerá mientras dure en general o ante una situación particular, tendremos la posibilidad de entender por qué adelantarnos al futuro, imaginando todo lo que podría suceder en lugar de vivir el presente, es tan costoso para nosotros y nos llega a asustar y bloquear tanto.
Para el constructivismo no existe el sentido de la vida. Existen personas que dicen que su vida tiene sentido. Es decir, existen tantos sentidos de la vida como personas hay en el mundo. Por todo ello, hablar del sentido de la vida es hablar de un autoengaño. Se trata pues de una construcción que nos puede hacer más llevadera la vida. Vamos, una consolación al estilo dela filosofía estoica.
Pero, ¿Cómo podemos construir dicho sentido de la vida?
Actuando. Encontrándolo por casualidad. Haciendo elecciones y obrando “Como si” la vida tuviese sentido. Ensayo y error… Las personas que lo logran no han dejado de actuar hasta que han dado con aquello que les llena y les hace sentir mejor. En muchos casos este proceso es largo. En otros es más corto. Pero nunca están exentas de dificultades en este camino. El ingrediente principal de esta búsqueda, es actuar y moverse, bajo ningún concepto quedarse quietas. Esperando, sin hacer nada, no llega la iluminación a nadie.
El colibrí es un pájaro que no tendría que volar, según explican científicos de la NASA, pues según las leyes de la aerodinámica es una aberración, es decir, su cuerpo es demasiado grande y pesado para unas alas tan pequeñas. Pero lo cierto es que vuela. Y lo logra moviendo mucho más rápido sus alas que el resto de las aves. Ante este hecho podemos decir, bromeando, que el colibrí vuela porque no tiene conciencia de que puede volar. Concretamente: porque no piensa si puede volar o no; vuela y ya está.
Ante la pregunta existencial: “¿Qué sentido tiene nuestra vida?”, chocamos siempre contra un muro de posibilidades y dudas. Y esto tiene su cara y su cruz. No saber nos asusta y nos atormenta, aunque también nos alegra por igual. De este modo, no saber hace posible que sigamos ilusionándonos y creando energías para seguir vivos.
Por todo ello, la única respuesta posible que se me antoja ante la pregunta de las preguntas es: ¡Nada más y nada menos que vivirla!
Miguel Herrador, coach y especialista en ansiedad, fobias y pánico
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